El Ayuntamiento y la Autoridad Portuaria han aparcado el proyecto para reformar La Marina que anunciaron a bombo y platillo a principios del año pasado y encargaron al arquitecto coruñés José González-Cebrián Tello. El también autor de la recuperación de la plaza de Pontevedra ganó el concurso de ideas convocado por ambas administraciones en marzo de 2007 con la propuesta bautizada Reflejo del pasado, pero ahora reconoce que habrá que esperar para ver cómo se ejecuta.
González-Cebrián admitió en declaraciones a LA OPINIÓN que el proyecto para enterrar el tráfico de La Marina y convertir la zona de las galerías en un paseo con tilos y amplios espacios para los peatones está "paralizado" por falta de presupuesto. El urbanista comentó que las obras como las que él presentó en su propuesta "cuestan mucho dinero" y aseguró que de momento no hay "previsión económica" para ejecutarlo.
El Ayuntamiento y la Autoridad Portuaria convocaron el año pasado un concurso de ideas para reformar La Marina al que se presentaron once propuestas. La de González-Cebrián era la más barata de las presentadas y fue seleccionada como finalista junto con otros dos proyectos firmados por los arquitectos Luis Collarte y Felipe Peña. El jurado, integrado por representantes municipales, del Puerto, arquitectos, ingenieros de caminos y vecinos, eligió el 27 de marzo por mayoría Reflejo del pasado, con un presupuesto de ejecución de 13,63 millones de euros y un plazo de 18 meses.
El mismo día del fallo, la concejal de Urbanismo, Mar Barcón, anunció que las obras se adjudicarían este año y comenzarían dentro de 2008, pero reconoció que los trámites administrativos previos exigían una revisión del Plan Especial de Protección y Reforma Interior (Pepri) de la Ciudad Vieja y Pescadería y un estudio de financiación. Y es que la fórmula para costear los trabajos nunca fue concretada por las administraciones implicadas en la rehabilitación de la zona más emblemática de la ciudad. Ayuntamiento y Puerto se comprometieron entonces a definir cómo repartirse el gasto para tenerlo decidido antes de que el arquitecto concluyese el proyecto de ejecución. Pero un año después, las instituciones que promovieron el concurso de ideas todavía no saben de dónde sacar los 13, 63 millones que cuesta llevar a la práctica el proyecto de Cebrián.
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