Infraestructuras , Urbanismo y Sociedad en la ciudad de La Coruña y su Area Metropolitana.
8 abr 2008
Alberto Juffe Stein M.D., PhD.
Impresionante Curriculum
Universidad de Buenos Aires la Escuela de Medicina. (1969)
Ph.D. Universidad Complutense de Madrid. España. (1976)
Clínica Puerta de Hierro. Residencia de cardio-torácica surg. (1972-1975)
Asociado jefe de cirugía cardíaca. Clínica Puerta de Hierro. Madrid. España (1975-1985)
Especial cardiovasculares compañeros. Universidad de Alabama. Birminghan. EE.UU.. (1980)
Fellow. Children's Hospital Medical Center. Dr AR Castaneda. Boston. EE.UU.. (1979)
Jefe de Departamento. Sanatorio Modelo Quilmes. (Buenos Aires). Argentina. 1986-1988.
Jefe de departamento de cirugía cardíaca. Hospital Juan Canalejo. Coruña. España. Desde 1990.
Director del programa de trasplante de corazón. Hospital Juan Canalejo. Desde 1990.
Presidente de la Sociedad de Cirujanos Cardíacos. 2000-2001.
Entrevista
El doctor Alberto Juffé es un hombre tan enérgico como tranquilo, con una visión científica tan aguda como ancha y de un temple humano tan ordenado como hedonista. Desde su despacho del hospital Juan Canalejo de A Coruña, este cirujano cardiaco ve el mundo abierto a sus pies. La gente, piensa, aún cree que los sentimientos anidan en el corazón, pero él no repara sentimientos, sino este musculito tan a menudo víctima de atropellos. El trasplante ya no es el más difícil todavía: “Requiere mucha preparación, pero poca chicha”. Le resultan más atractivas intervenciones como la que realizó hace unos meses a una mujer de 87 años a la que practicó tres “by-passes” e implantó una válvula. Estas operaciones, las coronarias o las de aneurisma –que exigen reducir el tamaño de un corazón hinchado–, le resultan más atractivas.
De voz melosa y aire soñador, Juff é pasea el porte de caballero argentino, nacido en 1945 en un Buenos Aires en que el verdulero ofrecía la mercancía en la puerta de casa y en el almacén viejo de la esquina aún fiaban. Un profesor de anatomía de secundaria le insufló la vocación. Tras graduarse en 1969, rellena una instancia para ocupar una plaza en la clínica Puerta de Hierro de Madrid y en 1972 ya trabaja allí: “Puerta de Hierro era un edificio de mármol, que había pertenecido a los dominicos, y el doctor Figueras era el jefe de cirugía”. En 1979, permanece ocho meses en Harvard, más tarde en Birmingham y Pittsburgh, con la finalidad de adentrarse en los trasplantes hepáticos, “pero veo un trasplante cardiaco –recuerda–, y ya en Madrid le digo al doctor Figueras que esto es lo que hay que hacer”.
Tras un breve paréntesis hospitalario en su Argentina natal, en 1989 la Xunta de Galicia le da todo su apoyo para organizar un departamento de cirugía cardiaca de primer orden. Para promocionarlo, Alberto Juffé Stein aparece en televisión junto a Fraga y el doctor Barnard: “El marketing es, junto a la docencia, la clínica y la investigación, una exigencia más de nuestra profesión”. Hoy, el doctor está al frente de un equipo de ocho expertos cirujanos y desarrolla una constante labor de formación. “Procuro transmitir, ante la responsabilidad del quirófano, que los pacientes se mueren o por un error humano o por falta de conocimiento.” Él mismo, hasta volver de Estados Unidos –ya llevaba diez años ejerciendo–, no consideró finalizada su formación. Y desmiente la tópica idea de que los cirujanos son unos manitas: “Es un cuento chino, porque la habilidad se adquiere con horas de quirófano. Si uno es un manazas, no tiene por qué ser mal cirujano”. A pesar de ello, el doctor tiene las manos aseguradas.
A los cirujanos, también, la informática les ha revolucionado la profesión: “Cuando estaba en Harvard me subía a una banqueta para ver las operaciones, y ahora con el ratón del ordenador puedo ver en directo las de cualquier lugar del mundo”. Y aunque se define como un ser solitario, Juffé saborea cultura y vida en mezcolanza: lee historia y geografía, pasea, va al mercado y disfruta cocinando. Después, se solaza frente a la espuma del mar tras la galería de su hogar coruñés
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1 comentario:
Un ejemplo para muchos. Aunque no lo reconozca.
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