Los Lewis Hamilton y Fernando Alonso del Scalextric español viven en Culleredo
Antes de arrancar, quieren hacer una aclaración para los no entendidos. «Scalextric es una marca, es el juguete, pero a nivel de competición hay otras muchas más valoradas por los profesionales», aclara José Luis Barbeito, de la Escudería Vilaboa de Slot (en inglés ranura), el nombre con el que se conoce la modalidad deportiva que practican. Acaban de llegar de la localidad catalana de Igualada con el maletero de su coche de verdad lleno de trofeos.
Manuel ( Lolo ) Moscoso se proclamó campeón de España, el citado Barbeito fue segundo y Andrés Painceiras tercero, aunque en distintas categorías. Sí, porque en miniatura hay tantas disciplinas como en el tamaño real, desde fórmula 1 a rallis pasando por subidas cronometradas y hasta las 24 horas de Lemans. Es todo un mundo a escala 1/24. «El coche de toda la vida, el que conoce la gente, era más pequeño, de 1/32; nosotros utilizamos piezas un poco más grandes e incluso la pista de competición, aunque similar a la clásica, es un poco más ancha», explican los integrantes de este club nacido en 1996 en la parroquia de Vilaboa, ayuntamiento de Culleredo, limítrofe con A Coruña, y que cuenta con ayudas municipales porque el resto «sale de nuestro bolsillo», dicen.
Un coche para estas pruebas cuesta unos 250 euros. «Eso sin contar las horas necesarias para ponerlo a punto. Nos pasa lo mismo que a Fernando Alonso con su Renault», explican. Además de los competidores que obtuvieron recompensa en forma de trofeos, medallas, diplomas o material, también acudieron Luis Rey, Fernando González y Fátima Sánchez. «A nivel nacional somos bastante potentes. Hay muchos clubes buenos en España, sobre todo en Cataluña», destacan. La imagen tomada ayer en su local social de O Burgo recuerda a nuestro Scalextric de siempre, pero escuchando a estos profesionales da la sensación de que poco o nada tiene que ver con las míticas escobillas de aquellos modelos de coches que varias generaciones de españoles lograron que diesen millones de vueltas.
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