El puerto exterior de Ferrol era ayer por la mañana un hervidero de autoridades y un baile de enormes cifras y magnitudes económicas. El mayor dique flotante cajonero «del mundo», como indicó el presidente de Puertos del Estado, Mariano Navas, dio a luz. El Kugira, que así se llama el gigantesco artefacto, sacó de sus tripas, utilizando la más moderna tecnología y el trabajo de un centenar de operarios, una inmensa estructura de hormigón armado de 65,68 metros de largo. Y tendrá hermanos la criatura. Parirá otras nueve exactamente iguales hasta el mes de febrero, y otras dos más de dimensiones más pequeñas para un dique auxiliar.
Pero entre tanto gris de cemento, tecnología y máquina de obra hubo un hueco para el toque humano. ¿El motivo? Cumpliendo con la tradición, el bloque fabricado por el Kugira, propiedad de la compañía Acciona, fue bautizado. Y, como es habitual, llevó nombre de mujer. En esta ocasión, María José.
Los numeros
Las cifras del Kugira y su fuerza de trabajo son de factura japonesa, tiene capacidad para elaborar bloques de hasta setenta metros de longitud por 35 de ancho y otros tantos de alto. Estas dimensiones de superficie duplican sobradamente las de una cancha de baloncesto reglamentaria. La masa de hormigón resultante puede llegar a pesar 30.000 toneladas.
El proceso para producir cada uno de estos bloques, una vez listo el dique para la tarea, dura entre siete y diez días de trabajo a jornada ininterrumpida. Posee el artefacto 74 metros de eslora (largo) por 56,5 de manga (ancho) y tiene capacidad para 120 operarios a bordo. Cuenta, además, con una treintena de enormes brazos hidráulicos, quince a cada lado. Se trata de un ejemplo de tecnología que, como señaló ayer Mariano Navas, hace que siempre esté siendo «observado internacionalmente».
No hay comentarios:
Publicar un comentario