El Plan de Transportes de la comarca pretende acabar con la anarquía del mobiliario y con su mal estado
La mayoría se coloca a la buena de Dios, sin xeito. Algunas meten miedo. Las hay de tiempos de Adolfo Suárez, soportando como pueden los embates del mal tiempo y de los vándalos. Hasta cuarenta modelos diferentes de cristal, aluminio, madera o fibra de vidrio se pueden contar y padecer en las carreteras de la comarca. El modelo único, hacia donde camina el Plan de Transporte comarcal, es cosa del futuro. A pesar de que ya se ven bastantes de reciente instalación, son minoría en las carreteras. De hecho, en estos momentos está aprobada la instalación de 21 marquesinas en el municipio de Oleiros, un concello que alberga más de medio millar.
Hasta el nacimiento del Plan de Transporte de la Xunta, el criterio de instalación estaba sujeto a las demandas puntuales de un determinado núcleo o aldea. Quien más gritaba, antes tenía su parasol; es decir, que si los vecinos de Reboredo, por ejemplo, perseguían día y noche al alcalde de Oza para que les instalase una marquesina, éste se movía para cumplir los deseos de sus ciudadanos. Pero, ¿qué modelo? ¿Quién la paga? ?Quién se responsabiliza de su mantenimiento?
Atadas como tenían las manos los alcaldes, sin competencia alguna en las carreteras que cruzaban sus concellos, con exiguos presupuestos, el método era sencillo: echar mano de cualquier cosa. Y cualquier cosa incluía tres trozos de metal, unos maderos o, en el mejor de los casos, encargar a una empresa de aluminio del lugar un invento que más o menos cumpliera los requisitos.
¿No se os hacen familiares? , son como de casa¡¡
No hay comentarios:
Publicar un comentario