Siempre me ha hecho reír ese dicho que sostiene que si la mierda valiese dinero los pobres nacerían sin culo, y por culpa de la crisis energética es probable que comencemos a mirar a la popular “bosta” (así llamamos en Galicia al excremento vacuno) de otra manera… Esto viene a cuenta de un e-mail que me escribe Mariano Gracia, en el que me habla de un documental que ha visto en Odisea, y que le ha impresionado sobremanera. El programa trata sobre la región india de Darjeeling, y sobre el tratamiento que en esa zona hacen del estiércol de vaca para la producción de bioetanol (ahora comprendo porque allí consideran sagrados a estos animales). La idea no es nueva, de hecho en EE.UU. hay plantas generadoras que llevan al menos 2 años funcionando, pero me ha parecido conveniente investigar un poco más el asunto.
En el Telegraph he encontrado un artículo reciente sobre los cálculos realizados por los científicos de la Universidad de Texas, con la intención de descubrir el potencial energético real que tiene la fabricación de bioetanol a partir de los residuos del ganado. La cifra me ha dejado perplejo, ni más ni menos que un 3% de la demanda eléctrica estadounidense podría venir de (que no irse a) la mierda vacuna.
Pero ahí no acaba lo bueno, ya que el mero hecho de tratar esos residuos, que en condiciones normales se secan al aire, lo cual contribuye al incremento de los niveles de CO2, haría reducir las emisiones anuales de aquel país en 99 millones de toneladas (es decir, un 4%).
Tras leer esto, a mi lo que me ha venido a la mente es el potencial energético que nuestros amigos argentinos dejan tirado cada día en la Pampa. En fin, toda una esperanza en estos tiempos de petróleo estratosférico… ¿Será por eso que algunos creen que pisar caca trae suerte?
