Galicia y el norte de Portugal se han aliado para poner en marcha un ambicioso proyecto que trata de desarrollar el vehículo ecológico del futuro. La iniciativa, considerada estratégica por ambos gobiernos, tiene el visto bueno de Bruselas y se enmarca dentro del programa Interreg sobre cooperación transfronteriza.
A los mandos del proyecto "coche verde" están el Centro Tecnológico de la Automoción de Galicia (CTAG) y el Centro para a Excelência e Inovaçâo da Industria Automóvel (CEIIA), cada uno de los cuales se ocupa de una línea específica de investigación. La primera se zambulle de lleno en las alternativas a los combustibles fósiles, como son los coches eléctricos, los motores de pila de hidrógeno y los biocombustibles, entre otras. El sector del automóvil es consciente de que hallar un sustitutivo eficiente al petróleo no es una cuestión exclusivamente ambiental, sino una necesidad estratégica, y en este sentido el CTAG está estudiando todas las posibilidades.
La segunda línea de investigación aborda la introducción de materiales renovables y no contaminantes en los procesos de construcción de un vehículo. Además de en el propio carburante, el petróleo está presente en los miles de plásticos que dan forma al automóvil, con el problema ambiental que ello supone. Los estudios en este campo se centran en el desarrollo de polímeros independientes del petróleo, obtenidos de recursos naturales como el almidón de maíz y fibras de pino y celulosa. Hasta la fecha de hoy, los resultados sobre estos nuevos biopolímeros son "esperanzadores", a pesar de no haber podido igualar las prestaciones de los plásticos convencionales.
Dentro del capítulo de nuevos materiales también se incluyen las investigaciones sobre aleaciones metálicas que permitan al vehículo reducir el peso de su estructura manteniendo la resistencia, lo que permite ahorrar en combustible.
El tercer foco de análisis se centra en el área de diseño y aerodinámica. Investigadores de ambos lados de la frontera buscan los mejores coeficientes aerodinámicos aplicables a un vehículo, para que se reduzca la resistencia al movimiento y se mejore el rendimiento.
El proyecto "coche verde" inició la marcha con la firma, en marzo de 2007, de un acuerdo de colaboración entre el CTAG y el CEIIA, aunque la Xunta de Galicia, que participa a través de la Dirección Xeral de I+D+i de la Consellería de Innovación e Industria y de la Secretaría Xeral de Relacións Exteriores, ha preferido mantener los detalles de la iniciativa en secreto por su carácter "estratégico". El propio director xeral de I+D+i, Salustiano Mato, recalcó esta semana durante una visita al CTAG en Porriño la importancia de este proyecto dentro del contexto de entorno sostenible al que tendrá que enfrentarse el sector del automóvil en los próximos años.
Fuentes del sector explicaron a este periódico que después de un año de investigaciones, el proyecto está en fase "avanzada", y que es susceptible de recibir ayudas comunitarias por su carácter innovador y transfronterizo. En este sentido, la comisaria europea de Política Regional, Danuta Hübne, asistió a la firma de este acuerdo entre Galicia y el norte de Portugal, y valoró positivamente que ambas regiones cooperen en vez de competir.
Con este protocolo de colaboración, la Eurorregión se ha convertido en una zona piloto en el diseño, desarrollo y fabricación de nuevas soluciones de movilidad para vehículos ecológicos, cuyos resultados podrán aplicarse en los grandes constructores locales -PSA Peugeot Citroën y Volkswagen-Auto-Europa- o exportarse a otras plantas automovilísticas comunitarias.
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