La mano visible
La Voz de Galicia / Carlos G. Reigosa
De la «mano invisible» que, según el escocés Adam Smith, se encarga de regular los mercados y todo el proceso económico en una sociedad libre, no hay noticia últimamente. Por el contrario, lo que sí constituye un clamor es la inmensa mayoría ciudadana que ha vuelto sus ojos hacia el papá Estado y le ha pedido su intervención, es decir, que su mano se vuelva visible en la situación económica actual. El Estado se ha convertido así en el único muro sólido ante este aluvión de bancos sin dinero, empresas en apuros y puestos de trabajo en peligro. En esta fase estamos ahora, con el neoliberalismo rindiendo sus pendones y el nuevo socialismo apuntalando a la banca.La Voz de Galicia / Carlos G. Reigosa
Menos mal que un banquero español, Emilio Botín, presidente del Santander, acaba de reconocer que el terremoto financiero mundial lo han provocado los bancos por sus excesos en la etapa de las vacas gordas. Según él, las hipotecas basura han «activado» la crisis, «pero no la han causado», y ha rechazado la toma de participaciones en las entidades bancarias por parte del Gobierno, que acabaría dando ventaja a los malos gestores. «No podemos transmitir el mensaje de que se puede actuar sin responsabilidad sobre los errores que se cometan», dijo. Alto y claro. ¡Esta sí que es una defensa del sistema capitalista y de la mano invisible del mercado! Los demás parece que siguen mirando las ubres del Estado, dispuestos al ordeño y mando.
Pero Emilio Botín no es todo el mercado financiero. La realidad es que la crisis económica todavía no ha tocado fondo y que aún tiende a acrecentarse. Por ello los ciudadanos ya no miran a Adam Smith, ni a Botín, sino al Estado, que, por medio del Gobierno, ha reaccionado de un modo deseado y satisfactorio. Entre tanto, la mano invisible ha quedado tocada, aunque no hundida. Líderes como el primer ministro británico, el laborista Gordon Brown, repiten -un día sí y otro también- que la intervención estatal es solo puntual y que el objetivo es devolver al ámbito privado la banca ahora nacionalizada. Y así será, muy probablemente. Pero todo ello ocurrirá después de que la mano visible del Estado ponga orden en el patio.
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