27 jun 2008

Guerra Fria en el PP

Aguirre se atrinchera en Madrid para plantar cara a Rajoy

Expulsa a los dos marianistas de su Gobierno y se rodea de un grupo de fieles

La guerra es ya abierta y total. Mariano Rajoy excluyó a los hombres de Esperanza Aguirre de la dirección del PP y esta le ha respondido expulsando a los dos marianistas que había en su Gobierno. La autodenominada lideresa sigue sin resignarse, no arroja la toalla y se prepara para seguir dando batalla tras su derrota en el congreso de Valencia. Y lo va a hacer atrincherada en Madrid, rodeada en el Ejecutivo autonómico de un núcleo duro de fieles cien por cien esperancistas, encabezado por su todopoderoso vicepresidente, Ignacio González. Trata así también de controlar con puño de hierro el próximo congreso del PP madrileño, que se celebrará en octubre.



La presidenta madrileña ha fulminado al vicepresidente Alfredo Prada y al consejero de Transportes, Manuel Lamela, solo 72 horas después de que el líder del PP los incluyera en su equipo. Ha sido su contundente venganza de lo que considera una afrenta de Rajoy por haberlos fichado sin su consentimiento, dejando fuera a sus dos personas de máxima confianza, González y Francisco Granados, a quienes ella había recomendado expresamente.
Aguirre ha ejecutado la purga de los desleales dentro de una amplia remodelación de su Ejecutivo, cuando se cumple un año de su segundo mandato. El gran vencedor de esta crisis es precisamente González, que queda como único vicepresidente. La presidenta argumentó ayer que los cambios responden a «razones de diversa índole», aunque solo mencionó la principal: dar ejemplo de austeridad ante el agravamiento de la crisis, provocado por Zapatero.
Lamela ya estaba sentenciado desde que expresó públicamente su respaldo a Rajoy y su nombre llegó incluso a sonar como secretario general. Aguirre no le cesó cuando se conoció la sentencia absolutoria de los médicos del hospital de Leganés, contra los que arremetió cuando era consejero de Sanidad. Pero ahora le ha castigado. Por su parte, Prada estaba enfrentado a González y cometió el error de aceptar la oferta de Rajoy sin contar con el apoyo de su jefa. Ayer dejó patente su enfado al no asistir a la toma de posesión de los nuevos consejeros.

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